Héitor Villa-Lobos
(Río de Janeiro, 1887-id., 1959) Compositor
brasileño. Autor de un catálogo de colosales proporciones, con cerca de dos mil
composiciones que abarcan todos los géneros, Héitor Villa-Lobos es la figura
esencial de la música brasileña.
De madre indígena, sus primeras
lecciones musicales las recibió de su padre, violoncelista aficionado. El
violoncelo, precisamente, iba a ser su primer instrumento músico; más tarde
aprendió a tocar el piano y varios instrumentos de viento.
Formado musicalmente al margen de
las instituciones y los conservatorios oficiales, fueron determinantes los
viajes que realizó al interior de Brasil a partir de 1906, en que conoció los
cantos tradicionales de los indios de la selva amazónica, que ejercerían una
influencia decisiva en la conformación de su estilo, caracterizado por una
absoluta originalidad formal y armónica, libre de las convenciones del
nacionalismo más académico, pero en el que la recreación, más que la alusión
directa, de melodías y ritmos indígenas ocupa un lugar preferente.
En 1915 se dio a conocer, no sin
polémica, en un concierto celebrado en Río de Janeiro e integrado todo él por
sus propias composiciones, cuya novedad chocó con el conservadurismo del
público asistente. Una beca concedida en 1923 por el gobierno brasileño le
permitió afianzar su formación en París; a su regreso ejerció la enseñanza en
distintos centros, al tiempo que su música conquistaba el reconocimiento
nacional e internacional.
De su abundante producción
sobresalen las nueve Bachianas brasileiras (1932-1944), en las que Villa-Lobos
se propuso sintetizar el contrapunto de Bach con las melodías populares de su
patria, la quinta de las cuales, compuesta para soprano y conjunto de
violoncelos, ha conquistado merecida fama. Cabe destacar también los quince
Chôros (1920-1928) para distintas combinaciones instrumentales, y obras como el
poema sinfónico Amazonas (1917), el Rudepoema para piano (1926), la ópera
Magdalena (1947), el ballet Emperador Jones (1955) y la Sinfonía núm. 12
(1958).
Bachiana Brasileira 2
Bachiana Brasileira 2
Impresionismo musical
La
música impresionista es la tendencia musical que surgió en Francia a finales
del siglo XIX. El nombre Impresionismo ya se usaba antes para denominar a la
pintura de los años 1860 - 1870, ya que las características de ambas artes eran
muy similares. Los dos únicos autores a los que podemos llamar impresionistas
en aquella época son Claude Debussy y Déodat de Séverac, aunque este último no
está tan reconocido como gran parte de autores posteriores. Sin embargo, Claude
Debussy es el autor impresionista más notorio, junto con los también franceses
Maurice Ravel y Erik Satie.
Inicios del Impresionismo
La música, ya dotaba de complejos
sistemas armónicos desde la Antigua Grecia, donde se usaban aproximadamente 7
escalas. Estas escalas pasaron de Grecia a Roma y sucesivamente a la Iglesia
Católica. Estas eran frecuentemente utilizadas en el canto llano y en la música
medieval. Pero al llegar el período barroco, solo se conservaron dos de estas
escalas (con sus respectivas variaciones): la escala mayor (o jónica) y la
menor (o eólica). Pero los años pasaron, y al llegar el posromanticismo,
autores como Gabriel Fauré o Camille Saint-Saëns experimentaron con estas
escalas y con el timbre (aspecto que más tarde sería esencial en el
impresionismo) de una manera pionera, pero sin profundizar demasiado.
A finales del siglo XIX, la
vanguardia y el progreso nunca habían tenido tanta repercusión, tanto en
política y en sociedad como en el ámbito artístico. En música, como en pintura,
surgió el impresionismo, la libertad absoluta armónica y ritmicamente
(respetando unos parámetros previamente fijados, pero manipulables en cualquier
momento) y la experimentación fueron las dos características principales de
este movimiento. Sin duda, Claude Debussy es en gran parte el creador, y autor
por excelencia del impresionismo, y Francia la cuna de este movimiento.
Aspectos del Impresionismo
Obra del pintor francés Claude
Monet donde se retrata Parlamento británico.
El impresionismo, tanto en música
como en otras artes, surge a partir de la idea de expresar las ideas de una
manera en cierto modo insinuada. De cerca se ven manchas y de lejos crea una
figura por decirlo así. Por ejemplo, En la primera fotografía, se puede
observar el Parlamento británico retratado de un modo en el que apenas se puede
intuir su forma.
Claude Debussy
(Claude Achille Debussy; St.
Germain-en-Laye, 1862 - París, 1918) Compositor francés. Iniciador y máximo
representante del llamado impresionismo musical, sus innovaciones armónicas
abrieron el camino a las nuevas tendencias musicales del siglo XX.
Ya en su niñez había iniciado el
estudio del plano en su hogar; sin embargo, no pensaba entonces en la carrera
musical. Fue una antigua discípula de Chopin, la señora Manté de Fleurville,
quien intuyó la vocación del muchacho e indujo a sus familiares a cultivarla.
De esta forma, Debussy ingresó en 1873 en el Conservatorio de París; allí tuvo
por maestros, entre otros, a Lavignac, a Marmontel y, en composición, a Ernest
Guiraud.
Grato paréntesis en sus estudios
fue, en el verano de 1880, su empleo de acompañante como pianista de cámara y
profesor de piano de los hijos de una rica dama rusa, Nadesda von Meck,
protectora de Chaikovski y fanática de su música, en sus viajes a través de la
Francia meridional, Suiza e Italia. Esto le permitió conocer a Wagner. Debussy
vio renovado el empleo en los veranos siguientes, posiblemente hasta 1884, y
entonces visitó Moscú, donde pudo establecer cierto contacto con la música del
"grupo de los Cinco".
En el Conservatorio había
adquirido fama de músico revolucionario; sin embargo, en 1884 logró el
"Prix de Rome" con la cantata El hijo pródigo, que presenta al joven
compositor aún envuelto en la amable sensualidad melódica propia del gusto de
Massenet, pero también capaz de esbozar un aria perfecta en su género, como la
de Lía. Los tres años pasados en Villa Médicis resultaron enojosos para el
joven Debussy, que no sentía inclinación alguna por el clasicismo romano y con
gran amargura echaba de menos París y su vida intelectual, inquieta y moderna.
Las obras líricas para canto y
piano son las composiciones que permiten seguir mejor la evolución lógica del
artista desde un formalismo melódico de gusto un tanto aburguesado hasta la
creación de una prosa poética intensamente evocadora; así, Arietas olvidadas
(1888), Cinco poemas de Baudelaire (1890), Fêtes galantes (1892 y 1904), Prosas
líricas (1893) y Tres canciones de Bilitis (1898). De tal forma se forjó el
nuevo lenguaje musical y dramático que le permitió aportar una solución
personal al problema de la ópera con Pelléas et Mélisande, sobre texto de M.
Maeterlinck y representada en la Opéra-Comique el 30 de abril de 1902 (su
composición había durado diez años); el éxito fue muy discutido y sólo con gran
lentitud la ópera llegó a conquistar el puesto que le correspondía en la
historia de la música, como etapa básica en el desarrollo del teatro musical.
En el segundo cuaderno de las
Fêtes galantes habían aparecido ya formas melódicas arcaizantes; asimismo,
algunos textos de antiguos poetas franceses pasan a ocupar el lugar de los
versos de los simbolistas y parnasianos predilectos en Tres canciones de Francia
(1904), Tres baladas de François Villon (1910) y Tres canciones de Charles
d'Orléans (1908), para coro polifónico y abiertamente inspiradas en los modos
de la antigua canción típica de Francia. La renacida voluntad de clasicismo y
de reconstitución formal se manifestó claramente en el proyecto de seis Sonatas
para varios instrumentos diversamente agrupados, idea surgida en el curso de la
Guerra Mundial y que el artista sólo pudo llevar a cabo en su mitad, con la
audaz Sonata para violoncelo y piano (1915), la Sonata para flauta, arpa y
viola (1915), y la Sonata para violín y piano, que ha alcanzado gran
popularidad.
Luego, la fama creciente le
obliga a estancias en Viena y Budapest (1910), Turín (1911), Rusia (1913-14),
Holanda y Roma (1914) para la dirección de sus propias composiciones. No ocupó
cargos ni buscó jamás puestos estables; careció de discípulos y sí tuvo
únicamente amigos, con quienes gustaba de hacer música, conversar y discutir
sobre arte y poesía. Actuó frecuentemente como colaborador musical en diversas
revistas, generalmente literarias, y reunió los principales frutos de tal
colaboración en el volumen Monsieur Croche, antidilettante (1917). Operado en
1915 de un cáncer intestinal, no pudo recobrar ya la plenitud de sus fuerzas
físicas, y moría en 1918, amargado y conmovido profundamente por los desastres
de la Primera Guerra Mundial.
Suite Bergamasque (1890)
Béla Bártok
(Nagyszenmiklós, hoy Sinnicolua
Mare, actual Rumania, 1881 - Nueva York, 1945) Compositor húngaro. Junto a su
compatriota Zoltán Kodály, Bela Bartok es el compositor más importante que ha
dado la música húngara a lo largo de su historia y una de las figuras
imprescindibles en las que se fundamenta la música contemporánea.
Hijo de un maestro de la Escuela de
Agricultura de Nagyszenmiklós, los siete primeros años de vida del futuro
músico transcurrieron en esta pequeña localidad, hoy perteneciente a Rumania.
Fallecido su padre en 1888, su infancia se desarrolló en las diversas
poblaciones húngaras a las que su madre, institutriz, era destinada.
Profesor de piano en la Academia de
Música de Budapest desde 1907 y director adjunto de esta misma institución
desde 1919, en 1934 abandonó los cargos docentes para proseguir su
investigación en el campo de la musicología popular, al mismo tiempo que, como
pianista, ofrecía recitales de sus obras en toda Europa y continuaba su tarea
creativa, con partituras tan importantes como Música para cuerdas, percusión y
celesta y la Sonata para dos pianos y percusión.
El estallido de la Segunda Guerra
Mundial le obligó, como a tantos otros de sus colegas, a buscar refugio en
Estados Unidos. Allí, a pesar de algunos encargos puntuales como la Sonata para
violín solo o el Concierto para orquesta, Bartok pasó por serias dificultades
económicas, agravadas por su precario estado de salud. A su muerte, a causa de
una leucemia, dejó inacabadas algunas composiciones, como el Concierto para
piano n.º 3 y el Concierto para viola, ambas culminadas por su discípulo Tibor
Serly.
Concierto para Orquesta (1943)
Arnold Schönberg
(Arnold Schoenberg o Schönberg;
Viena, 1874 - Los Ángeles, 1951) Compositor y pintor austríaco, nacionalizado
estadounidense. Su vida y su obra se vieron siempre rodeadas de polémica.
Compositor y pedagogo -sus alumnos Alban Berg y Anton von Webern ocupan un
lugar de privilegio en la historia de la música- , fue una figura capital en la
evolución de la música durante el siglo XX, aunque chocó con la incomprensión
del público y la crítica de su época, poco dispuestos a aceptar la ruptura con
el sistema tonal que su obra representaba.
Sin embargo, es importante
señalar que Schönberg nunca se consideró a sí mismo como un revolucionario,
sino más bien como un eslabón más en una tradición musical que se remonta hasta
Bach. El dodecafonismo, en este sentido, más que el fin de la tonalidad,
suponía el intento de sistematización de un nuevo método que permitiera superar
sus contradicciones.
Hijo de una familia de origen
judío, Schönberg se inició en la música de forma autodidacta. Las únicas
lecciones que recibió en su vida se las dio el compositor Alexander von
Zemlinsky, quien en 1901 se convirtió en su cuñado. Su impecable técnica fue
fruto de una innegable capacidad innata y del estudio constante de la obra de
los grandes maestros de la tradición germánica, desde Bach hasta Mahler, músico
éste con el que mantuvo un estrecho contacto, no exento, por cierto, de
tensiones.
De 1899 data su primera obra
maestra, el sexteto de cuerda Noche transfigurada, acabada expresión de la
estética posromántica de moda entonces. Pronto, sin embargo, su propia
evolución le condujo a la conclusión de que el tradicional sistema armónico
tonal se sustentaba sobre una falacia: desde el Tristán e Isolda wagneriano,
los principios que definían el concepto de tonalidad se hallaban en crisis, ya
que la generalidad de compositores empleaba una armonía en la que la
disonancia, la excepción a la regla, no encontraba una resolución inmediata.
El escándalo suscitado en el
estreno de la última partitura mencionada, en Berlín en 1912, fue uno de los
mayores que se recuerdan en los anales de la música contemporánea. No por ello
Schönberg cejó en sus investigaciones: su preocupación por hallar una técnica
que ofreciera suficientes garantías de organización interna y libertad creativa
y que, al mismo tiempo, superara las limitaciones de la atonalidad, le llevó a
la promulgación del «método de composición con doce sonidos», por primera vez
en 1923 en la quinta de las Cinco piezas para piano Op. 23 y, en 1924 y de
manera definitiva, en la Suite para piano Op. 25.
Con este sistema, el músico compuso
algunas de sus obras más importantes, como las Variaciones para orquesta, la
ópera cómica en un acto De hoy a mañana o la bíblica Moisés y Aarón, sin lugar
a dudas una de sus partituras más ambiciosas, que quedó inconclusa a su muerte.
La ascensión de Hitler al poder
en 1933 privó a Schönberg de su cargo como profesor en la Academia Prusiana de
las Artes de Berlín, a cuya plantilla pertenecía desde 1925, y, además, le
obligó, por su doble condición de judío y compositor «moderno», a tomar el
camino del exilio. Estados Unidos fue su destino. Fijada su residencia en Los
Ángeles, allí continuó con su actividad docente hasta prácticamente el fin de
sus días.
Pierrot
Luinaire (1912)
SIGLO XX
"El siglo XX se ha
caracterizado por los avances de la tecnología, medicina y ciencia en
general, pero también por crisis y
despotismos humanos, que causaron efectos tales como las Guerras Mundiales,
el genocidio y el etnocidio, las políticas de
exclusión social y la generalización del desempleo y
de la pobreza. Como
consecuencia, se profundizaron las inequidades en cuanto al desarrollo social,
económico y tecnológico y en cuanto a la distribución de
la riqueza entre los países, y las grandes diferencias en la calidad de
vida de los habitantes de las distintas regiones del mundo. En los
últimos años del siglo, especialmente a partir de 1989-1991 con el derrumbe de
los regímenes colectivistas de Europa, comenzó
el fenómeno llamado globalización o
mundialización."
CARACTERÍSTICAS DE LA MÚSICA DEL SIGLO XX
· Rebelión contra la armonía.
·
Liberación de las funciones armónicas.
·
Ruptura de las cadenas propias de la armonía
tradicional (nuevas técnicas de composición).
·
Los tonos mayores y menores fueron abandonados.
Henry Cowell
Henry Cowell fue una de las
figuras más importantes en la música americana del siglo XX. Nacido en Menlo
Park, California en 1897 en una familia de filósofos anarquistas, fue
reconocido enseguida como un niño excepcionalmente dotado. Desde una edad temprana (5 años) estudió el
violín y llegó a dominar el piano. De su padre obtuvo el interés por la cultura
y la música irlandesa. Educado en casa por su madre, recibió poca educación
formal hasta que, a la edad de diecisiete años, tuvo la suerte de ser enviado a
estudiar con Charles Seeger, quien de inmediato reconoció las extraordinarias
dotes de Cowell, y tomó al joven bajo su ala. Seeger presentó a Cowell las últimas
técnicas de composición modernista de Europa y los Estados Unidos.
En 1916 hizo su primera
composición con 'clusters' en el piano, invención que explotaría con gran éxito
durante los siguientes años ('El arpa de la vida'). Durante la década de los
20, daría conciertos por todo EE.UU. con sus composiciones para piano,
exploraciones de la atonalidad, de la politonalidad, de la polirritmia, y de
modos no occidentales. Además, Cowell tenía otras invenciones. Fue el primero
en tocar el piano rasgueando las cuerdas ('Arpa eólica'). Fue el primero en
pasar su uña a lo largo de una cuerda del piano, produciendo un extraño llanto,
como si fuera el lamento de un fantasma ('El hada de la muerte').
En su libro “Nuevos recursos
musicales”, se encuentra su invento más significativo de todos: inventó un
nuevo enfoque del ritmo que dividía la medición en muchas diferentes divisiones
iguales, lo que permitía que varios tiempos fueran tocados a la vez ('Cuarteto
eufométrico').
También fue el primero en lidiar
con la aleatoriedad: por ejemplo, en 'Danza enojada', daba instrucciones al
pianista para repetir una sección "tantas veces como su enfado se lo
permita", y en 'Advertencia', que Cowell subtituló "sátira sobre
advertencias repetitivas de naturaleza estridente", hay una frase que
puede ser repetida, para enfatizar el absurdo, las veces que el intérprete
quiera.
Cowell, que era bisexual, fue
arrestado y condenado por cargos morales en 1936, y pasó cuatro años en San
Quintín, donde enseñaba música a los presos, dirigió la banda de la prisión y
compuso unas 60 obras. Pero la condena tuvo un efecto devastador sobre él, se
volvió más reservado y empezó a componer de un modo más tradicional. El
conjunto de sus 18 'Himnos y melodías fugadas' están basadas en temas populares
americanos. Pero aunque dejara la radicalidad, continuó siendo el líder en la
incorporación de lenguajes musicales no occidentales ('Serie Persa').
The Banshee para piano (1925)
Igor Stravinsky
(Oranienbaum, Rusia, 1882 - Nueva
York, 1971) Compositor ruso nacionalizado francés y, posteriormente,
estadounidense. Una de las fechas clave que señalan el nacimiento de la llamada
música contemporánea es el 29 de mayo de 1913, día en que se estrenó el ballet
de Stravinsky La consagración de la primavera. Su armonía politonal, sus ritmos
abruptos y dislocados y su agresiva orquestación provocaron en el público uno
de los mayores escándalos de la historia del arte de los sonidos.
Alumno de Nikolai Rimski-Korsakov
en San Petersburgo, la oportunidad de darse a conocer se la brindó el
empresario Sergei Diaghilev, quien le encargó una partitura para ser estrenada
por su compañía, los Ballets Rusos, en su temporada parisiense. El resultado
fue El pájaro de fuego, obra en la que se advierte una profunda influencia de
su maestro en su concepción general, pese a lo cual apunta ya algunos de los
rasgos que definirán el estilo posterior de Stravinsky, como su agudo sentido
del ritmo y el color instrumental.
Comenzaba así la etapa
neoclásica, caracterizada por la revisitación de los lenguajes del pasado, con
homenajes a sus compositores más admirados, como Bach (Concierto en re),
Tchaikovsky (El beso del hada), Haendel (Oedipus rex), Haydn (Sinfonía en do) o
Mozart (La carrera del libertino) y obras tan importantes como el Octeto para
instrumentos de viento, la Sinfonía de los salmos o el ballet Apollon Musagète.
Con la Sinfonía en tres
movimientos y la ópera La carrera del libertino concluye esta etapa, tras la
cual Stravinsky volvió a sorprender al adoptar el método dodecafónico
sistematizado por su colega y rival Arnold Schönberg, aunque eso sí, a la
muerte de éste. De nuevo un ballet, Agon, señaló la apertura de este nuevo
período, en el que sobresalen títulos como Canticum sacrum, Threni, Monumentum
pro Gesualdo y Requiem Canticles, ninguno de los cuales ha obtenido el nivel de
aceptación de las obras de las dos épocas precedentes. Fallecido en Estados
Unidos, sus restos mortales fueron inhumados en Venecia.
Sinfonía de los Salmos (1930)
Maurice Ravel
(Ciboure, Francia, 1875-París,
1937) Compositor francés. Junto a Debussy, con quien se le suele relacionar
habitualmente, es el gran representante de la moderna escuela musical francesa.
Conocido universalmente por el Bolero, su catálogo, aunque no muy extenso,
incluye una serie de obras hasta cierto punto poco conocidas que hablan de un
autor complejo, casi misterioso, que evitaba cualquier tipo de confesión en su
música. Un autor que concebía su arte como un precioso artificio, un recinto
mágico y ficticio alejado de la realidad y las preocupaciones cotidianas.
Stravinsky lo definió con acierto como «el más perfecto relojero de todos los
compositores», y así hay que ver su música: como la obra de un artesano
obsesionado por la perfección formal y técnica de su creación.
Nacido en el País Vasco francés,
heredó de su padre, ingeniero suizo, su afición por los artilugios mecánicos
-cuyos ecos no son difíciles de encontrar en su música- y de su madre, de
origen vasco, su atracción por España, fuente de inspiración de muchas de sus páginas.
Aunque inició sus estudios musicales a una edad relativamente tardía, cuando
contaba siete años, siete más tarde, en 1889, fue admitido en el Conservatorio
de París, donde recibió las enseñanzas, entre otros, de Gabriel Fauré.
Discreto pianista, su interés se
centró pronto en la composición, campo en el que dio muestras de una gran
originalidad desde sus primeros trabajos, como la célebre Pavana para una
infanta difunta, si bien en ellos es todavía perceptible la huella de su
maestro Fauré y de músicos como Chabrier y Satie. La audición del Prélude à
l'après-midi d'un faune, de Debussy, marcó sus composiciones inmediatamente
posteriores, como el ciclo de poemas Schéhérazade, aunque pronto se apartó de
influencias ajenas y encontró su propia vía de expresión.
En 1901 se presentó al Gran
Premio de Roma, cuya obtención era garantía de la consagración oficial del
ganador. Logró el segundo premio con una cantata titulada Myrrha, escrita en un
estilo que buscaba adaptarse a los gustos conservadores del jurado y que para
nada se correspondía con el que Ravel exploraba en obras como la pianística
Jeux d'eau, en la que arrancaba del registro agudo del piano nuevas
sonoridades. Participó otras tres veces, en 1902, 1903 y 1905, sin conseguir
nunca el preciado galardón. La última de ellas, en la que fue eliminado en las
pruebas previas, provocó un escándalo en la prensa que incluso le costó el
cargo al director del Conservatorio.
Sin necesidad de confirmación
oficial alguna, Ravel era ya entonces un músico conocido y apreciado, sobre
todo gracias a su capacidad única para tratar el color instrumental, el timbre.
Una cualidad ésta que se aprecia de manera especial en su producción destinada
a la orquesta, como su Rapsodia española, La valse o su paradigmático Bolero,
un auténtico ejercicio de virtuosismo orquestal cuyo interés reside en la forma
en que Ravel combina los diferentes instrumentos, desde el sutil pianissimo del
inicio hasta el fortissimo final. Su música de cámara y la escrita para el
piano participa también de estas características.
Hay que señalar, empero, que esta
faceta, aun siendo la más difundida, no es la única de este compositor.
Personaje complejo, en él convivían dos tendencias contrapuestas y
complementarias: el placer hedonista por el color instrumental y una marcada
tendencia hacia la austeridad que tenía su reflejo más elocuente en su propia
vida, que siempre se desarrolló en soledad, al margen de toda manifestación
social, dedicado por entero a la composición. Sus dos conciertos para piano y
orquesta, sombrío el primero en re menor, luminoso y extrovertido el segundo en
Sol mayor, ejemplifican a la perfección este carácter dual de su personalidad.
Bolero
Joaquín Rodrigo
Joaquín Rodrigo nace en Sagunto el
22 de noviembre de 1901, día de Santa Cecilia, patrona de la Música. A los tres
años de edad, pierde la vista como consecuencia de una epidemia de difteria.
Esta circunstancia, como más tarde afirmaría él mismo, le conduce sin duda
hacía su vocación por la música. A los ocho años comienzasus estudios musicales
de solfeo, violín y piano, y a partir de los 16, armonía y composición con los
maestros del Conservatorio de Valencia, Francisco Antich, Enrique Gomá y
Eduardo Chavarri Sus primeras composiciones datan de 1923: Suite para piano,
Dos esbozos, para violín y piano, y Siciliana, para violonchelo. En 1924 su
primera obra para orquesta, Juglares, fue estrenada en Valencia y Madrid, y
obtiene el diploma de honor en un concurso nacional con su obra para orquesta,
Cinco piezas infantiles, que fue estrenada más tarde en París por la Orquesta
Straram. Desde el principio, Rodrigo escribe todas sus obras en el sistema
Braille, dictándolas después a un copista.
En 1927, siguiendo el
ejemplo de sus predecesores Albeniz, Falla, Granados y Turina, Rodrigo se
traslada a París e ingresa en la Escuela Normal de Música para estudiar durante
cinco años con Paul Dukas, quien demuestra una especial predilección hacia su
discípulo. A la muerte de su maestro, en 1935, Rodrigo escribe en su memoria la
Sonada de adiós para piano. Pronto se da a conocer como pianista y compositor
en los ambientes musicales parisinos y entabla amistad con Ravel, Milhaud, y
Honegger, y muchas otras grandes figuras de aquel tiempo, entre ellas Manuel de
Falla, cuyos consejos y apoyo serían decisivos en su carrera.
En 1933 contrae matrimonio
con la pianista turca Victoria Kamhi, quien es desde entonces hasta su
fallecimiento en julio de 1997, compañera inseparable y su más asidua
colaboradora. Continúa los estudios de musicología en Francia en el
Conservatorio de Paris y en la Sorbona, y trabaja también en Alemania, Austria
y Suiza antes de regresar a España en 1939, para instalarse definitivamente en
Madrid.
En 1940
tiene lugar en Barcelona el estreno mundial del Concierto de Aranjuez para
guitarra y orquesta, obra que le daría fama universal y claro ejemplo de su
personal estilo.
Joaquín Rodrigo recibió a lo largo
de su vida numerosas distinciones por parte de gobiernos, universidades,
academias y otras entidades civiles y musicales de muy diversos países, pero
son partícularmente significativas las mencionadas a continuación, que reflejan
el lugar destacado que ocupa el compositor en la historia cultural de España:
Gran Cruz de la Orden de Alfonso X el Sabio, Gran Cruz del Mérito Civil,
Medallas de Oro al Mérito en el Trabajo y de las Bellas Artes, dos veces Premio
Nacional de Música, Doctor honoris causa por diversas universidades, Director
de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, y Premio Fundación
Guerrero. En 1991, con motivo del 90 aniversario de su nacimiento, se
celebraron conciertos-homenajes dedicados a su música en todo el mundo, y
Joaquín Rodrigo fue ennoblecido por S. M. el rey de España don Juan Carlos I,
con el título de “Marqués de los Jardines de Aranjuez”. En 1996 recibió la
distinción más alta concedida en España, el Premio Príncipe de Asturias de las
Artes, otorgado por primera vez a un compositor . El jurado destacó que “su
nombre se inserta ya entre los de los clásicos de la música española, al lado
de Falla, Granados o Albéniz y valora muy especialmente la definitiva
aportación del Maestro Rodrigo a la dignificación e internacionalización de la
guitarra como instrumento de concierto”.
Joaquín Rodrigo falleció en Madrid
el 6 de julio de 1999 rodeado de su familia.
Concierto de Aranjuez
Gamboa Medina Hannia 418
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