martes, 21 de marzo de 2017

El Impresionismo y El Siglo XX


Héitor Villa-Lobos

 (Río de Janeiro, 1887-id., 1959) Compositor brasileño. Autor de un catálogo de colosales proporciones, con cerca de dos mil composiciones que abarcan todos los géneros, Héitor Villa-Lobos es la figura esencial de la música brasileña.
De madre indígena, sus primeras lecciones musicales las recibió de su padre, violoncelista aficionado. El violoncelo, precisamente, iba a ser su primer instrumento músico; más tarde aprendió a tocar el piano y varios instrumentos de viento.
Formado musicalmente al margen de las instituciones y los conservatorios oficiales, fueron determinantes los viajes que realizó al interior de Brasil a partir de 1906, en que conoció los cantos tradicionales de los indios de la selva amazónica, que ejercerían una influencia decisiva en la conformación de su estilo, caracterizado por una absoluta originalidad formal y armónica, libre de las convenciones del nacionalismo más académico, pero en el que la recreación, más que la alusión directa, de melodías y ritmos indígenas ocupa un lugar preferente.
En 1915 se dio a conocer, no sin polémica, en un concierto celebrado en Río de Janeiro e integrado todo él por sus propias composiciones, cuya novedad chocó con el conservadurismo del público asistente. Una beca concedida en 1923 por el gobierno brasileño le permitió afianzar su formación en París; a su regreso ejerció la enseñanza en distintos centros, al tiempo que su música conquistaba el reconocimiento nacional e internacional.

De su abundante producción sobresalen las nueve Bachianas brasileiras (1932-1944), en las que Villa-Lobos se propuso sintetizar el contrapunto de Bach con las melodías populares de su patria, la quinta de las cuales, compuesta para soprano y conjunto de violoncelos, ha conquistado merecida fama. Cabe destacar también los quince Chôros (1920-1928) para distintas combinaciones instrumentales, y obras como el poema sinfónico Amazonas (1917), el Rudepoema para piano (1926), la ópera Magdalena (1947), el ballet Emperador Jones (1955) y la Sinfonía núm. 12 (1958).

Bachiana Brasileira 2




Impresionismo musical

La música impresionista es la tendencia musical que surgió en Francia a finales del siglo XIX. El nombre Impresionismo ya se usaba antes para denominar a la pintura de los años 1860 - 1870, ya que las características de ambas artes eran muy similares. Los dos únicos autores a los que podemos llamar impresionistas en aquella época son Claude Debussy y Déodat de Séverac, aunque este último no está tan reconocido como gran parte de autores posteriores. Sin embargo, Claude Debussy es el autor impresionista más notorio, junto con los también franceses Maurice Ravel y Erik Satie.

Inicios del Impresionismo

La música, ya dotaba de complejos sistemas armónicos desde la Antigua Grecia, donde se usaban aproximadamente 7 escalas. Estas escalas pasaron de Grecia a Roma y sucesivamente a la Iglesia Católica. Estas eran frecuentemente utilizadas en el canto llano y en la música medieval. Pero al llegar el período barroco, solo se conservaron dos de estas escalas (con sus respectivas variaciones): la escala mayor (o jónica) y la menor (o eólica). Pero los años pasaron, y al llegar el posromanticismo, autores como Gabriel Fauré o Camille Saint-Saëns experimentaron con estas escalas y con el timbre (aspecto que más tarde sería esencial en el impresionismo) de una manera pionera, pero sin profundizar demasiado.
A finales del siglo XIX, la vanguardia y el progreso nunca habían tenido tanta repercusión, tanto en política y en sociedad como en el ámbito artístico. En música, como en pintura, surgió el impresionismo, la libertad absoluta armónica y ritmicamente (respetando unos parámetros previamente fijados, pero manipulables en cualquier momento) y la experimentación fueron las dos características principales de este movimiento. Sin duda, Claude Debussy es en gran parte el creador, y autor por excelencia del impresionismo, y Francia la cuna de este movimiento.

Aspectos del Impresionismo

Obra del pintor francés Claude Monet donde se retrata Parlamento británico.

El impresionismo, tanto en música como en otras artes, surge a partir de la idea de expresar las ideas de una manera en cierto modo insinuada. De cerca se ven manchas y de lejos crea una figura por decirlo así. Por ejemplo, En la primera fotografía, se puede observar el Parlamento británico retratado de un modo en el que apenas se puede intuir su forma.

Claude Debussy

(Claude Achille Debussy; St. Germain-en-Laye, 1862 - París, 1918) Compositor francés. Iniciador y máximo representante del llamado impresionismo musical, sus innovaciones armónicas abrieron el camino a las nuevas tendencias musicales del siglo XX.

Ya en su niñez había iniciado el estudio del plano en su hogar; sin embargo, no pensaba entonces en la carrera musical. Fue una antigua discípula de Chopin, la señora Manté de Fleurville, quien intuyó la vocación del muchacho e indujo a sus familiares a cultivarla. De esta forma, Debussy ingresó en 1873 en el Conservatorio de París; allí tuvo por maestros, entre otros, a Lavignac, a Marmontel y, en composición, a Ernest Guiraud.

Grato paréntesis en sus estudios fue, en el verano de 1880, su empleo de acompañante como pianista de cámara y profesor de piano de los hijos de una rica dama rusa, Nadesda von Meck, protectora de Chaikovski y fanática de su música, en sus viajes a través de la Francia meridional, Suiza e Italia. Esto le permitió conocer a Wagner. Debussy vio renovado el empleo en los veranos siguientes, posiblemente hasta 1884, y entonces visitó Moscú, donde pudo establecer cierto contacto con la música del "grupo de los Cinco".

En el Conservatorio había adquirido fama de músico revolucionario; sin embargo, en 1884 logró el "Prix de Rome" con la cantata El hijo pródigo, que presenta al joven compositor aún envuelto en la amable sensualidad melódica propia del gusto de Massenet, pero también capaz de esbozar un aria perfecta en su género, como la de Lía. Los tres años pasados en Villa Médicis resultaron enojosos para el joven Debussy, que no sentía inclinación alguna por el clasicismo romano y con gran amargura echaba de menos París y su vida intelectual, inquieta y moderna.

Las obras líricas para canto y piano son las composiciones que permiten seguir mejor la evolución lógica del artista desde un formalismo melódico de gusto un tanto aburguesado hasta la creación de una prosa poética intensamente evocadora; así, Arietas olvidadas (1888), Cinco poemas de Baudelaire (1890), Fêtes galantes (1892 y 1904), Prosas líricas (1893) y Tres canciones de Bilitis (1898). De tal forma se forjó el nuevo lenguaje musical y dramático que le permitió aportar una solución personal al problema de la ópera con Pelléas et Mélisande, sobre texto de M. Maeterlinck y representada en la Opéra-Comique el 30 de abril de 1902 (su composición había durado diez años); el éxito fue muy discutido y sólo con gran lentitud la ópera llegó a conquistar el puesto que le correspondía en la historia de la música, como etapa básica en el desarrollo del teatro musical.

En el segundo cuaderno de las Fêtes galantes habían aparecido ya formas melódicas arcaizantes; asimismo, algunos textos de antiguos poetas franceses pasan a ocupar el lugar de los versos de los simbolistas y parnasianos predilectos en Tres canciones de Francia (1904), Tres baladas de François Villon (1910) y Tres canciones de Charles d'Orléans (1908), para coro polifónico y abiertamente inspiradas en los modos de la antigua canción típica de Francia. La renacida voluntad de clasicismo y de reconstitución formal se manifestó claramente en el proyecto de seis Sonatas para varios instrumentos diversamente agrupados, idea surgida en el curso de la Guerra Mundial y que el artista sólo pudo llevar a cabo en su mitad, con la audaz Sonata para violoncelo y piano (1915), la Sonata para flauta, arpa y viola (1915), y la Sonata para violín y piano, que ha alcanzado gran popularidad.

Luego, la fama creciente le obliga a estancias en Viena y Budapest (1910), Turín (1911), Rusia (1913-14), Holanda y Roma (1914) para la dirección de sus propias composiciones. No ocupó cargos ni buscó jamás puestos estables; careció de discípulos y sí tuvo únicamente amigos, con quienes gustaba de hacer música, conversar y discutir sobre arte y poesía. Actuó frecuentemente como colaborador musical en diversas revistas, generalmente literarias, y reunió los principales frutos de tal colaboración en el volumen Monsieur Croche, antidilettante (1917). Operado en 1915 de un cáncer intestinal, no pudo recobrar ya la plenitud de sus fuerzas físicas, y moría en 1918, amargado y conmovido profundamente por los desastres de la Primera Guerra Mundial.

Suite Bergamasque (1890)


Béla Bártok

(Nagyszenmiklós, hoy Sinnicolua Mare, actual Rumania, 1881 - Nueva York, 1945) Compositor húngaro. Junto a su compatriota Zoltán Kodály, Bela Bartok es el compositor más importante que ha dado la música húngara a lo largo de su historia y una de las figuras imprescindibles en las que se fundamenta la música contemporánea.

Hijo de un maestro de la Escuela de Agricultura de Nagyszenmiklós, los siete primeros años de vida del futuro músico transcurrieron en esta pequeña localidad, hoy perteneciente a Rumania. Fallecido su padre en 1888, su infancia se desarrolló en las diversas poblaciones húngaras a las que su madre, institutriz, era destinada.

Profesor de piano en la Academia de Música de Budapest desde 1907 y director adjunto de esta misma institución desde 1919, en 1934 abandonó los cargos docentes para proseguir su investigación en el campo de la musicología popular, al mismo tiempo que, como pianista, ofrecía recitales de sus obras en toda Europa y continuaba su tarea creativa, con partituras tan importantes como Música para cuerdas, percusión y celesta y la Sonata para dos pianos y percusión.

El estallido de la Segunda Guerra Mundial le obligó, como a tantos otros de sus colegas, a buscar refugio en Estados Unidos. Allí, a pesar de algunos encargos puntuales como la Sonata para violín solo o el Concierto para orquesta, Bartok pasó por serias dificultades económicas, agravadas por su precario estado de salud. A su muerte, a causa de una leucemia, dejó inacabadas algunas composiciones, como el Concierto para piano n.º 3 y el Concierto para viola, ambas culminadas por su discípulo Tibor Serly.

Concierto para Orquesta (1943)




Arnold Schönberg

(Arnold Schoenberg o Schönberg; Viena, 1874 - Los Ángeles, 1951) Compositor y pintor austríaco, nacionalizado estadounidense. Su vida y su obra se vieron siempre rodeadas de polémica. Compositor y pedagogo -sus alumnos Alban Berg y Anton von Webern ocupan un lugar de privilegio en la historia de la música- , fue una figura capital en la evolución de la música durante el siglo XX, aunque chocó con la incomprensión del público y la crítica de su época, poco dispuestos a aceptar la ruptura con el sistema tonal que su obra representaba.

Sin embargo, es importante señalar que Schönberg nunca se consideró a sí mismo como un revolucionario, sino más bien como un eslabón más en una tradición musical que se remonta hasta Bach. El dodecafonismo, en este sentido, más que el fin de la tonalidad, suponía el intento de sistematización de un nuevo método que permitiera superar sus contradicciones.

Hijo de una familia de origen judío, Schönberg se inició en la música de forma autodidacta. Las únicas lecciones que recibió en su vida se las dio el compositor Alexander von Zemlinsky, quien en 1901 se convirtió en su cuñado. Su impecable técnica fue fruto de una innegable capacidad innata y del estudio constante de la obra de los grandes maestros de la tradición germánica, desde Bach hasta Mahler, músico éste con el que mantuvo un estrecho contacto, no exento, por cierto, de tensiones.

De 1899 data su primera obra maestra, el sexteto de cuerda Noche transfigurada, acabada expresión de la estética posromántica de moda entonces. Pronto, sin embargo, su propia evolución le condujo a la conclusión de que el tradicional sistema armónico tonal se sustentaba sobre una falacia: desde el Tristán e Isolda wagneriano, los principios que definían el concepto de tonalidad se hallaban en crisis, ya que la generalidad de compositores empleaba una armonía en la que la disonancia, la excepción a la regla, no encontraba una resolución inmediata.

El escándalo suscitado en el estreno de la última partitura mencionada, en Berlín en 1912, fue uno de los mayores que se recuerdan en los anales de la música contemporánea. No por ello Schönberg cejó en sus investigaciones: su preocupación por hallar una técnica que ofreciera suficientes garantías de organización interna y libertad creativa y que, al mismo tiempo, superara las limitaciones de la atonalidad, le llevó a la promulgación del «método de composición con doce sonidos», por primera vez en 1923 en la quinta de las Cinco piezas para piano Op. 23 y, en 1924 y de manera definitiva, en la Suite para piano Op. 25.

Con este sistema, el músico compuso algunas de sus obras más importantes, como las Variaciones para orquesta, la ópera cómica en un acto De hoy a mañana o la bíblica Moisés y Aarón, sin lugar a dudas una de sus partituras más ambiciosas, que quedó inconclusa a su muerte.

La ascensión de Hitler al poder en 1933 privó a Schönberg de su cargo como profesor en la Academia Prusiana de las Artes de Berlín, a cuya plantilla pertenecía desde 1925, y, además, le obligó, por su doble condición de judío y compositor «moderno», a tomar el camino del exilio. Estados Unidos fue su destino. Fijada su residencia en Los Ángeles, allí continuó con su actividad docente hasta prácticamente el fin de sus días.

Pierrot Luinaire (1912)



SIGLO XX

"El siglo XX se ha caracterizado por los avances de la tecnologíamedicina y ciencia en general, pero también por crisis y despotismos humanos, que causaron efectos tales como las Guerras Mundiales, el genocidio y el etnocidio, las políticas de exclusión social y la generalización del desempleo y de la pobreza. Como consecuencia, se profundizaron las inequidades en cuanto al desarrollo social, económico y tecnológico y en cuanto a la distribución de la riqueza entre los países, y las grandes diferencias en la calidad de vida de los habitantes de las distintas regiones del mundo. En los últimos años del siglo, especialmente a partir de 1989-1991 con el derrumbe de los regímenes colectivistas de Europa, comenzó el fenómeno llamado globalización o mundialización."

CARACTERÍSTICAS DE LA MÚSICA DEL SIGLO XX

·        Rebelión contra la armonía.
·         Liberación de las funciones armónicas.
·         Ruptura de las cadenas propias de la armonía tradicional (nuevas técnicas de composición).

·         Los tonos mayores y menores fueron abandonados.

Henry Cowell

Henry Cowell fue una de las figuras más importantes en la música americana del siglo XX. Nacido en Menlo Park, California en 1897 en una familia de filósofos anarquistas, fue reconocido enseguida como un niño excepcionalmente dotado.  Desde una edad temprana (5 años) estudió el violín y llegó a dominar el piano. De su padre obtuvo el interés por la cultura y la música irlandesa. Educado en casa por su madre, recibió poca educación formal hasta que, a la edad de diecisiete años, tuvo la suerte de ser enviado a estudiar con Charles Seeger, quien de inmediato reconoció las extraordinarias dotes de Cowell, y tomó al joven bajo su ala. Seeger presentó a Cowell las últimas técnicas de composición modernista de Europa y los Estados Unidos.

En 1916 hizo su primera composición con 'clusters' en el piano, invención que explotaría con gran éxito durante los siguientes años ('El arpa de la vida'). Durante la década de los 20, daría conciertos por todo EE.UU. con sus composiciones para piano, exploraciones de la atonalidad, de la politonalidad, de la polirritmia, y de modos no occidentales. Además, Cowell tenía otras invenciones. Fue el primero en tocar el piano rasgueando las cuerdas ('Arpa eólica'). Fue el primero en pasar su uña a lo largo de una cuerda del piano, produciendo un extraño llanto, como si fuera el lamento de un fantasma ('El hada de la muerte').

En su libro “Nuevos recursos musicales”, se encuentra su invento más significativo de todos: inventó un nuevo enfoque del ritmo que dividía la medición en muchas diferentes divisiones iguales, lo que permitía que varios tiempos fueran tocados a la vez ('Cuarteto eufométrico').

También fue el primero en lidiar con la aleatoriedad: por ejemplo, en 'Danza enojada', daba instrucciones al pianista para repetir una sección "tantas veces como su enfado se lo permita", y en 'Advertencia', que Cowell subtituló "sátira sobre advertencias repetitivas de naturaleza estridente", hay una frase que puede ser repetida, para enfatizar el absurdo, las veces que el intérprete quiera.

Cowell, que era bisexual, fue arrestado y condenado por cargos morales en 1936, y pasó cuatro años en San Quintín, donde enseñaba música a los presos, dirigió la banda de la prisión y compuso unas 60 obras. Pero la condena tuvo un efecto devastador sobre él, se volvió más reservado y empezó a componer de un modo más tradicional. El conjunto de sus 18 'Himnos y melodías fugadas' están basadas en temas populares americanos. Pero aunque dejara la radicalidad, continuó siendo el líder en la incorporación de lenguajes musicales no occidentales ('Serie Persa').

The Banshee para piano (1925)



Igor Stravinsky

(Oranienbaum, Rusia, 1882 - Nueva York, 1971) Compositor ruso nacionalizado francés y, posteriormente, estadounidense. Una de las fechas clave que señalan el nacimiento de la llamada música contemporánea es el 29 de mayo de 1913, día en que se estrenó el ballet de Stravinsky La consagración de la primavera. Su armonía politonal, sus ritmos abruptos y dislocados y su agresiva orquestación provocaron en el público uno de los mayores escándalos de la historia del arte de los sonidos.
Alumno de Nikolai Rimski-Korsakov en San Petersburgo, la oportunidad de darse a conocer se la brindó el empresario Sergei Diaghilev, quien le encargó una partitura para ser estrenada por su compañía, los Ballets Rusos, en su temporada parisiense. El resultado fue El pájaro de fuego, obra en la que se advierte una profunda influencia de su maestro en su concepción general, pese a lo cual apunta ya algunos de los rasgos que definirán el estilo posterior de Stravinsky, como su agudo sentido del ritmo y el color instrumental.
Comenzaba así la etapa neoclásica, caracterizada por la revisitación de los lenguajes del pasado, con homenajes a sus compositores más admirados, como Bach (Concierto en re), Tchaikovsky (El beso del hada), Haendel (Oedipus rex), Haydn (Sinfonía en do) o Mozart (La carrera del libertino) y obras tan importantes como el Octeto para instrumentos de viento, la Sinfonía de los salmos o el ballet Apollon Musagète.
Con la Sinfonía en tres movimientos y la ópera La carrera del libertino concluye esta etapa, tras la cual Stravinsky volvió a sorprender al adoptar el método dodecafónico sistematizado por su colega y rival Arnold Schönberg, aunque eso sí, a la muerte de éste. De nuevo un ballet, Agon, señaló la apertura de este nuevo período, en el que sobresalen títulos como Canticum sacrum, Threni, Monumentum pro Gesualdo y Requiem Canticles, ninguno de los cuales ha obtenido el nivel de aceptación de las obras de las dos épocas precedentes. Fallecido en Estados Unidos, sus restos mortales fueron inhumados en Venecia.

Sinfonía de los Salmos (1930)




Maurice Ravel

(Ciboure, Francia, 1875-París, 1937) Compositor francés. Junto a Debussy, con quien se le suele relacionar habitualmente, es el gran representante de la moderna escuela musical francesa. Conocido universalmente por el Bolero, su catálogo, aunque no muy extenso, incluye una serie de obras hasta cierto punto poco conocidas que hablan de un autor complejo, casi misterioso, que evitaba cualquier tipo de confesión en su música. Un autor que concebía su arte como un precioso artificio, un recinto mágico y ficticio alejado de la realidad y las preocupaciones cotidianas. Stravinsky lo definió con acierto como «el más perfecto relojero de todos los compositores», y así hay que ver su música: como la obra de un artesano obsesionado por la perfección formal y técnica de su creación.

Nacido en el País Vasco francés, heredó de su padre, ingeniero suizo, su afición por los artilugios mecánicos -cuyos ecos no son difíciles de encontrar en su música- y de su madre, de origen vasco, su atracción por España, fuente de inspiración de muchas de sus páginas. Aunque inició sus estudios musicales a una edad relativamente tardía, cuando contaba siete años, siete más tarde, en 1889, fue admitido en el Conservatorio de París, donde recibió las enseñanzas, entre otros, de Gabriel Fauré.

Discreto pianista, su interés se centró pronto en la composición, campo en el que dio muestras de una gran originalidad desde sus primeros trabajos, como la célebre Pavana para una infanta difunta, si bien en ellos es todavía perceptible la huella de su maestro Fauré y de músicos como Chabrier y Satie. La audición del Prélude à l'après-midi d'un faune, de Debussy, marcó sus composiciones inmediatamente posteriores, como el ciclo de poemas Schéhérazade, aunque pronto se apartó de influencias ajenas y encontró su propia vía de expresión.

En 1901 se presentó al Gran Premio de Roma, cuya obtención era garantía de la consagración oficial del ganador. Logró el segundo premio con una cantata titulada Myrrha, escrita en un estilo que buscaba adaptarse a los gustos conservadores del jurado y que para nada se correspondía con el que Ravel exploraba en obras como la pianística Jeux d'eau, en la que arrancaba del registro agudo del piano nuevas sonoridades. Participó otras tres veces, en 1902, 1903 y 1905, sin conseguir nunca el preciado galardón. La última de ellas, en la que fue eliminado en las pruebas previas, provocó un escándalo en la prensa que incluso le costó el cargo al director del Conservatorio.

Sin necesidad de confirmación oficial alguna, Ravel era ya entonces un músico conocido y apreciado, sobre todo gracias a su capacidad única para tratar el color instrumental, el timbre. Una cualidad ésta que se aprecia de manera especial en su producción destinada a la orquesta, como su Rapsodia española, La valse o su paradigmático Bolero, un auténtico ejercicio de virtuosismo orquestal cuyo interés reside en la forma en que Ravel combina los diferentes instrumentos, desde el sutil pianissimo del inicio hasta el fortissimo final. Su música de cámara y la escrita para el piano participa también de estas características.

Hay que señalar, empero, que esta faceta, aun siendo la más difundida, no es la única de este compositor. Personaje complejo, en él convivían dos tendencias contrapuestas y complementarias: el placer hedonista por el color instrumental y una marcada tendencia hacia la austeridad que tenía su reflejo más elocuente en su propia vida, que siempre se desarrolló en soledad, al margen de toda manifestación social, dedicado por entero a la composición. Sus dos conciertos para piano y orquesta, sombrío el primero en re menor, luminoso y extrovertido el segundo en Sol mayor, ejemplifican a la perfección este carácter dual de su personalidad.

Bolero



Joaquín Rodrigo

Joaquín Rodrigo nace en Sagunto el 22 de noviembre de 1901, día de Santa Cecilia, patrona de la Música. A los tres años de edad, pierde la vista como consecuencia de una epidemia de difteria. Esta circunstancia, como más tarde afirmaría él mismo, le conduce sin duda hacía su vocación por la música. A los ocho años comienzasus estudios musicales de solfeo, violín y piano, y a partir de los 16, armonía y composición con los maestros del Conservatorio de Valencia, Francisco Antich, Enrique Gomá y Eduardo Chavarri Sus primeras composiciones datan de 1923: Suite para piano, Dos esbozos, para violín y piano, y Siciliana, para violonchelo. En 1924 su primera obra para orquesta, Juglares, fue estrenada en Valencia y Madrid, y obtiene el diploma de honor en un concurso nacional con su obra para orquesta, Cinco piezas infantiles, que fue estrenada más tarde en París por la Orquesta Straram. Desde el principio, Rodrigo escribe todas sus obras en el sistema Braille, dictándolas después a un copista.

En 1927, siguiendo el ejemplo de sus predecesores Albeniz, Falla, Granados y Turina, Rodrigo se traslada a París e ingresa en la Escuela Normal de Música para estudiar durante cinco años con Paul Dukas, quien demuestra una especial predilección hacia su discípulo. A la muerte de su maestro, en 1935, Rodrigo escribe en su memoria la Sonada de adiós para piano. Pronto se da a conocer como pianista y compositor en los ambientes musicales parisinos y entabla amistad con Ravel, Milhaud, y Honegger, y muchas otras grandes figuras de aquel tiempo, entre ellas Manuel de Falla, cuyos consejos y apoyo serían decisivos en su carrera.

En 1933 contrae matrimonio con la pianista turca Victoria Kamhi, quien es desde entonces hasta su fallecimiento en julio de 1997, compañera inseparable y su más asidua colaboradora. Continúa los estudios de musicología en Francia en el Conservatorio de Paris y en la Sorbona, y trabaja también en Alemania, Austria y Suiza antes de regresar a España en 1939, para instalarse definitivamente en Madrid. En 1940 tiene lugar en Barcelona el estreno mundial del Concierto de Aranjuez para guitarra y orquesta, obra que le daría fama universal y claro ejemplo de su personal estilo.

Joaquín Rodrigo recibió a lo largo de su vida numerosas distinciones por parte de gobiernos, universidades, academias y otras entidades civiles y musicales de muy diversos países, pero son partícularmente significativas las mencionadas a continuación, que reflejan el lugar destacado que ocupa el compositor en la historia cultural de España: Gran Cruz de la Orden de Alfonso X el Sabio, Gran Cruz del Mérito Civil, Medallas de Oro al Mérito en el Trabajo y de las Bellas Artes, dos veces Premio Nacional de Música, Doctor honoris causa por diversas universidades, Director de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, y Premio Fundación Guerrero. En 1991, con motivo del 90 aniversario de su nacimiento, se celebraron conciertos-homenajes dedicados a su música en todo el mundo, y Joaquín Rodrigo fue ennoblecido por S. M. el rey de España don Juan Carlos I, con el título de “Marqués de los Jardines de Aranjuez”. En 1996 recibió la distinción más alta concedida en España, el Premio Príncipe de Asturias de las Artes, otorgado por primera vez a un compositor . El jurado destacó que “su nombre se inserta ya entre los de los clásicos de la música española, al lado de Falla, Granados o Albéniz y valora muy especialmente la definitiva aportación del Maestro Rodrigo a la dignificación e internacionalización de la guitarra como instrumento de concierto”.

Joaquín Rodrigo falleció en Madrid el 6 de julio de 1999 rodeado de su familia.

Concierto de Aranjuez




Gamboa Medina Hannia                                                                                            418





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